A pesar de la oposición de Sor Brígida, Mauro consigue entrevistarse con Teresa y le enseña una foto de cuando ella era niña, pero Teresa recibe la noticia con rechazo y le echa. Los ardides de Cayetana dan resultado y la reina le envía un telegrama aplaudiendo su iniciativa con los solados repatriados e invitándola a Palacio. Casilda, a pesar de faltar a las normas del altillo llevando a Martín, es protegida por sus compañeras a cambio de la promesa de no volver a hacerlo.