En una de las zonas más deprimidas de República Dominicana se suman la pobreza y un peculiar problema: el de las personas intersexuales, a quienes se asignó un sexo biológico al nacer y que experimentan desconcertantes cambios corporales al llegar a la pubertad. Para algunos, la solución podría ser una cirugía reconstructiva que les asigne el sexo con el que se autoperciben pero es cara y ni siquiera llega a resolver el trauma social que sufren desde muy temprana edad.