En Texas el impacto de las controvertidas políticas migratorias de Trump se deja sentir con más intensidad que en ninguna otra parte del país. Aquí, en la frontera con México, es donde se separa a familias enteras de inmigrantes tras ser interceptadas, apartando a los niños de sus padres por motivos que muchos no aciertan a comprender. A la inquietud ante el futuro y a los tratos vejatorios se les añade así una ausencia que no por ser transitoria resulta menos angustiosa para adultos y menores.