Barbuda fue la primera isla del Caribe azotada por una de las temporadas de huracanes más destructivas y mortíferas de la historia. Por primera vez en 300 años, el territorio está despoblado. Sus 1.800 habitantes tuvieron que ser evacuados a la vecina Antigua, donde permanecen en condiciones precarias. Una situación extrema para un país que pide ayuda internacional no solo para reconstruir el paraíso que solía ser, sino para afrontar con garantías un enorme desafío: el cambio climático.