Adriana y Diego siguen adelante con la boda, pero será ella la organice los preparativos, mientras Diego se centra en encontrar trabajo. Adri, aconsejada por Justo Villanova, comienza a organizar una boda hippie en la que novios e invitados llevarán túnicas blancas y collares de flores. Ajeno a los planes de su novia, Diego invita al banquete a importantes inversores para plantearles un negocio. Pero muy pronto descubre horrorizado que Adriana planea una boda demasiado estrambótica como para intentar hacer business.