Juanjo dejaba a todos atónitos bajando el micrófono hasta la altura de su abdomen y sacando de su bolsillo un pequeño artilugio amarillo que ha sido el encargado de interpretar la canción de Annunzio Paolo Mantovani. El artilugio en sí es “una mezcla bizarra” entre un violín, un theremin y una voz humana llamado ‘otamatone’ que Juanjo adquirió en uno de sus viajes a Japón.