El extronista no se ha olvidado de la broma de mal gusto que le tendió Marta con el limpiacristales y el buen rollo que había en la pareja parece haberse esfumado. Todo lo contrario que lo que pasa con Rebeca y Efrén, que conectan desde el primer momento. Además, los residentes reciben un nuevo telegrama: deberán desvelar las mentiras de sus compañeros en un juego si no quieren perder 1.000 euros de su caja fuerte.