Raúl, el presunto asesino de Romina Celeste en Lanzarote, intentó deshacerse de todas las pruebas del crimen y del recorrido que hizo para deshacerse presuntamente del cadáver. Entre esas pruebas, el marido de Romina borró más de 8.800 archivos anteriores a la fecha en la que denunció la desaparición de su mujer.