Tras atravesar el río helado del Zanskar, Jesús Calleja llega a un valle remoto e incomunicado en el corazón de la cordillera de Himalaya. Allí viven en aldeas y monasterios familias y monjes tibetanos, que le recibirán con mucha hospitalidad. Jesús será, con toda probabilidad, el único extranjero que les visite en invierno. Jesús tratará de conocer en Zangla al rey y la reina zanskaries. Son personas cuyo linaje les da mucha autoridad moral y aún ejercen un cierto poder porque a esta región tan alejada de todo no llega la administración india.