Los principales parques de las grandes ciudades se han convertido en polo de atracción de miles de turistas.Madrid, Sevilla o Barcelona, entre otras, cuentan con auténticas joyas para disfrutar a cualquier hora del día. Sin embargo, estos parajes tan singulares también tienen una doble cara: "robos, venta ambulante, mendicidad, sexo, violencia, drogas, prostitución..."