Callejeros', nos muestra la otra cara del río Guadalquivir, y más concretamente los casi 100 kilómetros navegables desde Sevilla hasta Sanlúcar de Barrameda, en Cádiz. A lo largo y ancho de sus aguas conviven remeros que preparan sus regatas, turistas, gitanos que han construido sus chabolas en el cauce, practicantes de wakeboard- esquí acuático acrobático- o pescadores de anguilas, que lamentan lo mal pagado que está -a 6 euros el kilo- un oficio tan difícil.