En febrero de 1986, la Comunidad de Madrid convocó a un grupo de seis arquitectos para estudiar un solar en la M-30 sobre el que se levantaría un edificio de viviendas de protección oficial. El proyecto del arquitecto Francisco Javier Sáenz de Oíza resultó ganador y a principios de los años noventa el complejo conocido como El Ruedo destacaba ya en el perfil de la capital española.