El barrio barcelonés del Raval, conocido como "el barrio chino", es un hervidero de gente singular. Un hombre pasea a su perrita en el sidecar de una bicicleta. Camino, con su peculiar aspecto, asegura ser el Oscar Wilde del barrio. Y mientras pasea se cruza con Julio que, hundido por un fracaso amoroso, se ha inyectado heroína por primera vez.