Pooh tiene motivos para disfrutar de la vida. Tras perder sus patas traseras, probablemente atropellado, tenía pocas opciones de sobrevivir. Sin embargo, un veterinario de Bulgaria probó algo nuevo, en lugar de la solución habitual de colocarle dos ruedas. Vladislav Zlatinov decidió implantarle patas biónicas de titanio, algo que en Europa solo se había intentado en el Reino Unido. “¿Cuál es el principal reto con este tipo de cirugía? Diría que es un procedimiento con múltiples retos. Hay muchas cosas que pueden salir mal, incluso ahora que han pasado tres meses. No se trata de una cirugía con resultados inmediatos, sino que es más bien un proceso”, explica el veterinario. Después de la primera operación con Pooh, Zlatinov realizó otras tres en diferentes gatos. Al no haber implantes comerciales, todo tuvo que hacerse de forma personalizada Tras las operaciones, los gatos cuentan con patas de titanio implantadas en su cuerpo y prótesis externas que actúan como garras al final.