El Congreso Mundial de Móviles, la mayor feria de esta tecnología, reúne este año en Barcelona a unos 100 000 profesionales del sector. Uno de los objetivos de los fabricantes de teléfonos inteligentes es, en esta edición, llenar el vacío dejado en el mercado por Samsung. De hecho, la compañía surcoreana decidió posponer el lanzamiento del Galaxy S8 tras el escándalo de las baterías del “phablet” Note 7. Pero en Barcelona la industria móvil se ha dado también un baño de nostalgia gracias al regreso del icónico Nokia 3310. “Es como una crítica a este sector porque, lo que ocurre hoy, es que todo el mundo hace casi lo mismo, todos los dispositivos son rectangulares, iguales. Y Nokia tiene ese problema por eso quiere volver a conquistar el mercado con móviles como éste”, explica Ben Wood, de CCS Insight. Samsung presentó en el Congreso una tableta, un convertible y una nueva edición de sus gafas de realidad virtual con mando. El lanzamiento del Galaxy S8 está previsto para finales