Las estrategias de una Smart City eran hasta ahora casi exclusivas de grandes centros económicos como Barcelona y Ámsterdam. Ahora se aplican en ciudades más pequeñas de Europa que planifican cómo estar en la vanguardia ante los desafíos de una población urbana en crecimiento. Una presencia urbana como esta es una realidad cotidiana para dos de cada tres de nosotros que vivimos aquí, en Europa. Esta semana estamos en Valencia, en España, para ver cómo a medida que cambian y crecen estas potencias económicas urbanas en puestos de trabajo y oportunidades también tienen que lidiar con asuntos críticos como las dificultades económicas, vivienda, transporte, contaminación. Y esto es lo que de verdad obliga a las ciudades, sean enormes, grandes o pequeñas, a pensar cómo pueden de verdad convertirse en Smart Cities Utilizamos cerca del 80% de la energía europea como habitantes de la ciudad, pero contribuimos con alrededor del 85% del PIB del continente. Ahora bien, como la població