El patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa Cirilo I es el líder espiritual de más de 100 millones de creyentes y uno de los diez hombres más influyentes de Rusia. El ambicioso patriarca quiere convencer a la cúpula del gobierno ruso de una nueva idea nacional: el fomento de la interdependencia de Estado e Iglesia. En Putin ha encontrado un aliado.