Zonas de poco tránsito, carriles bici ampliados y aceras pavimentadas son poco habituales en Brasil. La ciudad de Belo Horizonte está dando un buen ejemplo en materia de movilidad. Los límites de velocidad de 30 km y las zonas de juego para niños no solo ayudan al medioambiente y garantizan una mayor seguridad en las calles, sino que también refuerzan la cohesión social.