Los tratamientos con ARN mensajero aplicados a las vacunas contra la COVID-19, tienen como base el mismo principio que permitiría combatir el cáncer. Cada paciente podría recibir el patrón de su proteína tumoral específica para que el cuerpo aprenda a reconocerlo y combatirlo. Los científicos aseguran que esta tecnología podría estar lista en unas pocas semanas.