Jane Goodall dedicó toda su vida a demostrar que los animales tienen sentimientos, ayudando así a luchar por la preservación de su hábitat y defendiendo sus derechos. Muy joven viajó a África para investigar los hábitos de los chimpancés. Así fue como descubrió lo parecidos que eran a los humanos. Ellos también tenían sentimientos o usaban herramientas.