Hoy es fiesta, pero no es sábado. Lo que significa que hoy el sistema que utiliza Telefónica para limitar mi ancho de banda los fines de semana no funciona, pero sin embargo tenemos un día tranquilo, los niños no tienen cole y no hay que ir a trabajar. Como un sábado normal.

Así que esta noche hemos visto una peli usando pelisalacarta, la hemos empezado cuando hemos empezado a cenar y la hemos visto durante la cena. La hemos terminado tirados en el sofá, luego hemos recogido la mesa y hemos acostado a los niños. Ha sido lo que podríamos considerar una velada muy agradable en familia.

Hemos elegido una peli familiar que queríamos ver hace tiempo. Hemos encendido el Raspberry Pi que tenemos en el salón, y desde el mismo mando a distancia hemos iniciado el buscador que tiene pelisalacarta para encontrar todos los sitios donde verla. No podría ser más fácil, pelisalacarta la ha buscado uno por uno en todos los canales: Películas Yonkis, Peliculas Audio Latino, Divxatope, … le ha costado un rato pero no nos ha importado demasiado porque mientras trabajaba estábamos poniendo la mesa.

Hemos acabado viéndola en Streamcloud, la calidad de la imagen no era perfecta pero tampoco era nada que pudiera percibirse desde la otra punta del salón. La experiencia final ha sido completamente satisfactoria, que al final es lo que importa.

Sin embargo mientras veía la película, y observaba a mi familia disfrutando de ella, no dejaba de sentirme algo triste. Porque en España está fraguándose la aprobación de una ley que quiere acabar con todo esto.

Ya que la ley Sinde no ha sido suficiente, la nueva ley de la propiedad intelectual pretende ser tan radical que no tiene ningún problema en pasar por encima de las libertades con el objetivo de acabar con todo. Y lo hace para satisfacer a la industria del cine, que no nos ofrece ninguna alternativa real pero sabe que lo que hay ahora no le gusta como a nosotros.

Y la única forma que se le ha ocurrido al gobierno español para solucionar el conflicto no es el diálogo con las partes. La forma que ha elegido es la imposición por la fuerza, la ley del «se hace como yo lo digo porque para eso mando yo». La opresión.

Es gracioso que hace unos meses asistimos en el colegio de mi hijo a la presentación de una propuesta para resolver los posibles conflictos que pudieran presentarse entre los niños. Cuando hay una pelea, una disputa o una discrepancia las partes en conflicto pueden solicitar un mediador. El mediador es un profesor que escucha a cada uno de los niños, analiza el problema y toma una decisión que debe ser acatada. Ese es el trato.

Lo que mi hijo está aprendiendo en el colegio yo lo he aprendido por la experiencia que me han dado los diferentes conflictos a los que he tenido que enfrentarme a lo largo de mi vida. Y es que no hay otra forma de resolver un conflicto que no pase por el diálogo, y la búsqueda de una solución que satisfaga a las partes. Usando la fuerza puedes callar las protestas, puedes amansar las aguas, pero no resolver el problema.

Así que veo bastante claro que en España vamos a perder muchas cosas en este proceso, cosas importantes, y sin embargo estaría dispuesto a apostar que no vamos a dejar de seguir viendo pelis online. No van a resolver ese problema por imposición.

Eso sí, todavía me cuesta creer que algún día pueda poner una URL en mi navegador, y un mensaje del ministerio de lo-que-sea me diga que no puedo ver esa página porque no me conviene… me parece inconcebible que en España hayamos llegado a ese punto.

Y tampoco se cómo voy a explicárselo a mi hijo el día que le pase a él, y me pregunte cuál es el motivo. Y que si no había una solución mejor.