Vivimos en la «era Yonki». Una época extraña donde cualquiera puede coger un DVD, convertirlo a un fichero de vídeo y subirlo a un servidor para ganar dinero con ello.

Es una época curiosa, porque a pesar de lo obviamente ilegal (dejémoslo en «feo») que resulta esta actividad nos proporciona acceso a mucha más «cultura» del que hayamos tenido nunca. Porque nunca hemos visto más películas o series, documentales o dibujos.

Yo recuerdo que hace unos años tenía suscripción a Digital + para ver cine y series, pero también tenía que bajar al videoclub para alquilar la peli del fin de semana. Y para colmo andaba a menudo buscando en las tiendas de vídeo nuevos títulos de películas anime para comprar (en muchos videoclubs ni había), aunque intentando siempre no pagar precios excesivos. Con dinero es siempre todo más fácil, pero en mi caso no tenía presupuesto más que una o dos pelis cada mes así que buscaba bien antes de comprar.

Sumando todo esto pagaba una cantidad de dinero considerable al mes, pero tampoco tenía acceso a muchas cosas, la verdad. Seguro que todos los abonados de Digital + han pensado alguna vez aquello de «50 canales y no hay nada que ver».

Ahora en la «era Yonki» puedo ver tanto anime online que aunque me pusiera a ello con todas mis energías no tendría suficiente tiempo material en esta vida para acabar con la oferta disponible. Y no hablemos de películas y series… Y lo mejor es que puedo verlo cuando quiera, eligiendo según mi estado de ánimo, tiempo disponible, o simplemente por impulso.

Me sigue costando dinero consumir «cultura», aunque esta vez se lo pago a Megavideo con 19,99€ cada 3 meses. Aunque se que está feo, tiene mucho mejor servicio que Digital + y por supuesto es mucho más barato.

Película

Pero todo apunta a que pronto vamos a entrar en la «era Sinde»… Una época de decepción porque habrá quedado demostrado (aunque ya lo sospechábamos) que nuestros gobernantes pasan de los ciudadanos y se venden al mejor postor, pero donde además tendremos el problema de que ya no habrá nada para ver. En España no tenemos ninguna alternativa, ni mejor ni peor, aparte de los videoclubs de siempre (¿queda alguno?) o los nuevos videoclubs online como el de Telefónica. Que cuestan una pasta.

Por supuesto que podremos volver a alquilar películas en el videoclub o incluso comprarlas en los centros comerciales. Aunque con el precio que llevan, si es la única opción disponible creo que simplemente nuestro consumo de «cultura» volverá a bajar a mínimos.

Y no será exactamente igual, porque además ahora pagamos a Alejandro Sanz porque una vez escribió una canción, la criatura, y lógicamente debemos pagar por disfrutar de ella en la radio, en la tele, en los anuncios, en la televisión… Y no, a mí tampoco me gusta Alejandro Sanz pero le sigo pagando.

Aunque… realmente no creo que vaya a haber un «apagón». Yo imagino más bien un período transitorio donde seguiremos jugando al gato y al ratón hasta que surjan alternativas, y pensando en ello creo que pueden pasar dos cosas:

  • O que la industria cultural de este país adquiera sentido común, se adapten y podamos seguir disfrutando como hasta ahora. En vez de pagar a Megavideo mis 19,99€ cada tres meses se lo pagaré a una empresa que me preste un servicio equivalente: poder seguir viendo lo que quiera. Seguiré «consumiendo cultura».
  • O que la industria cultural de este país se vaya a la mierda, y sea sustituida por otra. Más moderna, más democrática. Donde cualquiera pueda hacer una canción, y si es buena ganar dinero por ello. Para que no se lo lleve todo Alejandro Sanz. Seguiré «consumiendo cultura».

Y es que soy un consumidor de cultura. Gane quien gane seguiré viendo pelis, series, documentales. Pero me gustaría que el ganador saliera de una evolución natural y no el fruto de la imposición de un gobierno vendido o de una industria avariciosa.

Se que no volveré a pagar una suscripción a Digital + (al menos tal como es ahora), ni volveré a comprar películas en cajita.

Mañana caduca mi cuenta de Megavideo, y la volveré a renovar otros 3 meses. Los tiempos cambian, veamos a donde nos llevan 🙂